Cuando con el paso del tiempo se aprecia que el dorso de las manos va perdiendo volumen, queda más esqueletizado y la piel queda más ajada y deshidratada, se recomienda realizar 2 a 3 sesiones de inyección de AH de baja densidad espaciadas 1 mes.
Se realiza generalmente con aguja, no duele y desde el primer momento se aprecia el efecto de la revitalización. Si hay pérdida de volumen importante, se recomienda utilizar la Hidroxiapatita cálcica.