Blefaroplastia (operación de párpados)

La blefaroplastia se realiza con anestesia local y sedación. La sedación consiste en la administración de un fármaco sedante que elimina la tensión y la inquietud, proporcionando un estado de tranquilidad o incluso sueño fisiológico. La recuperación de la sedación es muy rápida.

Después de una blefaroplastia es recomendable permanecer durante unas cuantas horas en reposo. Ello evita las oscilaciones de la tensión arterial y los posibles hematomas en la zona operada. Nosotros recomendamos pasar una noche de ingreso hospitalario en caso de hacer párpado superior e inferior.  

La blefaroplastia produce un rejuvenecimiento de la mirada que es muy duradero. Es muy importante realizar la blefaroplastia con un criterio y una técnica muy depuradas. Hay que tener en cuenta la forma del párpado y el proceso de envejecimiento, preverlo y actuar de acuerdo con el diagnóstico. Es imprescindible mantener la grasa de las personas que envejecen con un hundimiento en la órbita, para evitar en el futuro un aspecto de ojo cadavérico que resulta muy antiestético.

Habitualmente recomendamos unos 2 días de disminución de la actividad visual pero desde el segundo día del postoperatorio hacemos hincapié en la conveniencia de iniciar la actividad, pasear y moverse. Durante los primeros días puede producirse una inflamación de los párpados que llama la atención. Ello impide en algunas personas la incorporación a la vida laboral y social hasta pasados unos 10 a 15 días. Sin embargo, la capacidad de llevar una vida familiar normal es posible en unos 4 días.

Eliminar el exceso cutáneo de los párpados superiores e inferiores y las bolsas adiposas.  Retensar el canto externo del ojo (cantopexia) para corregir su posición y mejorar el tono del párpado inferior.  Eliminar el exceso de grasa bajo el orbicular superior para corregir el “párpado superior pesado”.  Mejorar el soporte de los tejidos del párpado inferior mediante lipotransferencia (relleno con grasa del propio paciente) del surco nasoyugal.

Es una cirugía de corta duración, prácticamente indolora que ofrece resultados muy rejuvenecedores.

La blefaroplastia se puede hacer aisladamente y con mucha frecuencia se combina con la realización de un lifting facial.

Esta cirugía conlleva un tiempo de “baja social” de aproximadamente 10 días. Este periodo será más o menos largo dependiendo de que el paciente tenga más o menos hematomas. Al mes, el resultado es bastante aproximado al definitivo aunque como siempre se suele decir consideramos el resultado como definitivo a los 6 meses de la intervención quirúrgica.

En el postoperatorio inmediato solemos recomendar cubrir los ojos con gasas con suero fisiológico frío. Retiramos los puntos del párpados superior a los 7 días de la intervención. También realizamos tratamientos de masaje linfático para disminuir el edema.

Los riesgos o complicaciones tras la blefaroplastia son infrecuentes, y su relación a continuación tiene como finalidad darte una buena información para no alarmarte. Aunque la mayor parte de los hematomas y de la inflamación se resuelven en 7 o 10 días, la completa resolución puede requerir tres o más semanas. Ocasionalmente, puede ocurrir: lagrimeo, irritación o sequedad de los ojos tras la cirugía, incluso necesitar del uso de lágrimas artificiales durante unos días. No solemos prescribir medicación ocular ya que generalmente es innecesaria y ella misma puede producir irritación ocular.