Los riesgos o complicaciones tras la gluteoplastia con grasa son infrecuentes, y su relación a continuación tiene como finalidad darle una buena información y no alarmarle. Siempre existe un riesgo relativo a la anestesia, que tienes que tener en cuenta. Este riesgo es extremadamente pequeño. Los efectos secundarios de la anestesia o la sedación son mayormente raros, pero pueden poner tu vida en peligro. Para prevenirlo realizamos la cirugía en un hospital, donde se encuentran el personal médico apropiado para resolver cualquier complicación. Como en cualquier procedimiento quirúrgico, a pesar de la administración de antibióticos y de una técnica meticulosamente estéril durante la intervención, puede aparecer una infección. Esta complicación es muy rara. Si ocurre se trata con antibióticos. Se puede acumular líquido seroso (seroma) o sangre (hematoma). En general se deben a una compresión insuficiente y son excepcionales si se siguen las recomendaciones postoperatorias. Ocasionalmente los hematomas o seromas importantes pueden requerir su drenaje a través de la piel. La mayoría se reabsorben en el plazo de unas semanas sin dejar secuelas. La pérdida parcial o necrosis de la piel es muy infrecuente. Cuando esto ocurre generalmente se asocia a procedimientos muy extensos y/o infección o hematoma. En la mayoría de los casos cicatrizan espontáneamente. Las pérdidas importantes requieren procedimientos adicionales y pueden dejar una secuela cicatricial. En general, cuanto más extensa es la cirugía, cabe esperar mayor inflamación y una recuperación más lenta. Es normal percibir un ligero acorchamiento o pérdida de sensibilidad en la zona tratada, pero casi nunca es permanente. La sensibilidad se recuperará en el plazo de varias semanas. En pieles muy finas o envejecidas, o tras procedimientos muy extensos, pueden persistir los cambios de coloración asociados al hematoma. Esta pigmentación tiende a desaparecer en unos meses. Pueden producirse asimetrías que pueden corregirse en una posterior cirugía.