Los riesgos o complicaciones tras el lifting son infrecuentes, y su relación a continuación tiene como finalidad darte una buena información para no alarmarte. Siempre existe un riesgo anestésico, que habrás de considerar a la hora de decidir sobre tu intervención. Este riesgo es extremadamente pequeño. Antes de la cirugía tendrás una consulta con nuestro anestesistas. Los problemas de cicatrización tras el lifting son muy poco frecuentes pero algunas personas cicatrizan haciendo cicatrices más gruesas. Los problemas en la cicatrización son más frecuentes en personas fumadoras. Pueden aparecer trastornos de la cicatrización como intolerancia a los puntos, que pueden ser rechazados y expulsados. Esta complicación suele resolverse en unos días, si bien la calidad final de la cicatriz puede no ser óptima. Como en cualquier procedimiento quirúrgico, a pesar de la administración de antibióticos y de una técnica meticulosamente estéril durante la intervención, puede aparecer una infección. Esta complicación es extremadamente infrecuente en nuestra experiencia. En menos de un 5 % de los pacientes, se puede producir un sangrado excesivo una vez que se han cerrado las incisiones faciales, produciendo un acumulo de sangre bajo la piel de la cara. Si esto ocurre, estará unido a inflamación y hematoma del área, y puede ser necesario extraerla en quirófano o en consulta. Durante el despegamiento de la piel de la cara, particularmente cuando se necesitan procedimientos extensos para conseguir los resultados, algunas ramas del nervio facial que controlan el movimiento de los músculos pueden ser lesionadas. Esto puede resultar en una incapacidad temporal para mover los músculos en uno o ambos lados de la cara. Esta debilidad en una gran mayoría de casos es transitoria, recuperando la función normal en un periodo de semanas. La posibilidad de debilidad permanente existe, pero es muy pequeña. Para conseguir el resultado deseado tras el lifting facial, la piel que ha sido despegada debe de ser readaptada, con la tensión correcta. Si hay áreas donde la circulación de la piel está comprometida, puede haber un retardo en la cicatrización o pérdida parcial de piel en ciertas áreas. Cuando esto ocurre, se evidencia por una ligera costra o ampolla de la superficie de la piel y en la mayoría de los casos cicatriza espontáneamente. Las pérdidas importantes de piel necesitan procedimientos adicionales, pudiendo dejar una secuela cicatricial, si bien esto es muy infrecuente. Se pueden acumular pequeñas cantidades de líquido bajo la piel. Esto es normal y se reabsorben en 4 o 6 semanas. La piel de la cara estará entumecida e insensible en algunas áreas, e incluso puede ser que sientas cierto hinchazón o acorchamiento cuando se toque la cara. Todas estas sensaciones ocurren normalmente, y persisten durante unas semanas, desapareciendo a medida que el proceso de cicatrización se completa. En general, cuanto más extenso sea el procedimiento, es lógico esperar una mayor inflamación y presencia de cardenales.